Es realmente raro, una gema que hay que mostrar, ver a un futbolista anotando un tanto de volea desde el centro del campo.
El gol lo hace Benoit Patin, del Rodez francés, a pase de un rival. Pero la jugada es aun más extraña.
El balón lo pone en movimiento el compañero en la meta del goleador, un rival despeja y Patin, en la jugada de su vida, la empalma desde más allá del círculo central.
Publicado por TIME
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