Mientras trabajaba en su cochera, el electricista francés Andre Cassagnes imaginó un juguete para dibujar, que los niños pudieran sacudir para borrar y empezar de nuevo.
Poco sabía sobre que 50 años después, el pizarrón mágico continuaría deleitando a los niños.
Cassanges murió el 16 de enero en un suburbio de París a los 86 años, según un comunicado publicado este sábado por la empresa The Ohio Art. La causa de su muerte no fue revelada.
Andre Cassanges creó lo que se convirtió en el pizarrón mágico en su cochera en 1950. El juguete para dibujar fue construido con un joystick, vidrio y polvo de aluminio.
Inicialmente llamado Telecran, el juguete fue renombrado L’Ecran Magique o La pantalla mágica e hizo su debut en la Feria de Nuremberg, Alemania, en 1959.
Fascinado con la invención, Henry Winzler, fundador y presidente de la empresa The Ohio Art obtuvo la licencia de L’Ecran Magique por 25,000 dólares y lo presentó con el nombre de Eatch a Sketch en Estados Unidos en 1960.
Winzeler presentó a Cassagnes con Jerry Burger, un ingeniero de la compañía, para que pudieran trabajar juntos y mejorar las capacidades del juguete para dibujar.
Entre los cambios hechos al pizarrón mágico en 1960 estuvo reemplazar el joystick con dos botones blancos en la parte derecha e izquierda de la pantalla. La idea era que el juguete se pareciera al juguete actual para adultos de esa época: el televisor.
Rápidamente se convirtió en el juguete más vendido en la época navideña de ese año, según el fabricante. Desde entonces la compañía ha vendido más de 150 millones de ellos.
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